sábado, 3 de noviembre de 2007

III Encuentro en Madrid

El III Encuentro de Intercambio de Experiencias Grupales Innovadoras en la docencia universitaria, entre profesores y entre profesores y alumnos, se hará en Madrid, en el campus central de la Universidad Complutense, en las Facultades de Geografía e Historia, de Filología y en la ETS de Caminos, Canales y Puertos, los días 27 y 28 de noviembre de 2007.

Os esperamos. Si queréis manteneros al tanto de noticias y comentarios, podéis visitar: http://lunacreciente2006.blogspot.com/ o bien http://www.robertocarballo.com/

Os esperamos, Roberto Carballo

jueves, 9 de agosto de 2007

Repaso

¿Habéis repasado las últimas entradas del weblog de Roberto Carballo? Pueden ser ilustrativas.

martes, 3 de julio de 2007

Sherezade: aprendiendo

APRENDIENDO DE LA EXPERIENCIA Y EN LA VIDA[1]
Dr. Roberto Carballo
Universidad Complutense Madrid

“Lento es el enseñar por medio de la teoría,
pero breve y eficaz por medio del ejemplo”
Séneca

“Un buen maestro es el que sabe extraer
una nueva verdad de un saber antiguo”
Confucio


Scheherazada reeducó al rey Schahriar
[2]. En vez de satisfacer directamente su placer con sus encantos e intentar asi aplacar su odio y su sadismo, diseñó y puso en práctica un proyecto, un plan estratégico basado en su propia experiencia, en su conocimiento, en su autoestima, en la escasez, y en su grupo interno. Sherezade era pragmática, un ser práctico, que hizo de su experiencia una bandera no declarada para reeducando al rey evitar la tragedia de otros seres humanos amenazados, y de ese modo, se dio fuerzas para que esa tarea transcendiese lo individual hacia un horizonte social.

Sherezade consiguió que el rey estuviese mil noches escuchando sus relatos, cuentos que eran sugerentes y hablaban de viajes, de historias de amor, de fantasías, .... pero eran prácticos porque captaban la atención y evitaban que el rey entrase en cólera, desvariase y cortase también su cabeza. Eran cuentos de amor y de belleza que sinuosamente evitaban la fealdad, la arbitrariedad, la incontinencia, la inconsciencia, la brutalidad, la injusticia de los actos del rey. Era una especie de lucha por la regeneración social
[3].

El rey recibía lo que realmente necesitaba para regenerarse como persona, lo que precisaba para hacerle superar su frustración visceral por engañado. Al final, su casamiento consigue consolidarse y evitar más daño real.El rey se rinde a la inteligencia y a la pasión de una gran educadora que le hace traspasar los umbrales de su agujero negro y transcender en otro mundo, en otro paradigma, donde las pulsiones y los odios se conviertan en paces y amores.

Sherezade se dotó de una observadora, de su hermana Doniazada, y de un método. La instruye y le dice: “Te mandaré llamar cuando esté en palacio, y así que llegues y veas que el rey ha terminado su cosa conmigo, me dirás: `hermana, cuenta alguna historia maravillosa que nos haga pasar la noche´. Entonces yo narraré cuentos que serán la causa de la emancipación de las hijas de los musulmanes”. La protagonista monta una estrategia, se dota de recursos para conseguir sus objetivos y se anticipa a la realidad.

El rey evitaba que la vida continuase. La gran educadora, Sherezade, lo envuelve en un juego diferente, en un juego consciente con muchos ingredientes. Primero, es un espacio coherente con lo que pretende (ataca el problema en su base, pero en vez de hacerlo directamente, lo hace sinuosamente, siguiendo rutas eficaces e indirectas –la línea recta no siempre es la mejor opción para llegar a un punto, al menos en relaciones humanas-).

Después, en lugar vez de intentar satisfacer el deseo, para hacer rebosar su belleza en el balance de la pulsión, aborda su supervivencia como un proyecto, como una estrategia de sueños, fantasías, .... todas inacabadas
[4], al menos, en el momento en que si se acabasen podrían ser un riesgo, por lo que cada noche deja sin finalizar su fantasía, su relato, con lo que el rey presa de la escasez, no puede decidir más que la espera a la finalización del relato.

El aprendizaje es algo inacabado, como los cuentos de Sherezade. Nos marcamos horizontes sólo vislumbrados, pero no alcanzados, porque la ciencia y el conocimiento tampoco están acabados, pero tantas veces se muestra al alumno como una “estazioni Termini”, se le cuenta como lo que ya sabemos, y no como un proceso de construcción que todos los días renovamos.

Sherezade tiene una estrategia, un proyecto, no sólo quiere contar cuentos, sino que lo hace de determinada forma, es sugerente, es exótica, es profundamente atractiva, induce a soñar; ella misma no sueña, pero vive el sueño de/para el otro, intentando sobrevivir. Su pensamiento le conduce, pero pone emoción. La estrategia es decisiva, el método es decisivo. Lo que cuenta también, pero menos. Es más, cuando llega a instalarse en una metodología eficaz, hasta los cuentos empiezan a ser menos interesantes, pero el rey no puede dejar de oírlos –ni tampoco el lector pierde el interés- y poco a poco modera sus impulsos: “ha sido cazado por la razón y por la emoción combinadas” –a través de la razón mostrada con pasión, se le va instalando otra emoción, otro sentir en su cuerpo-.

Sherezade usa de la inteligencia, pero se supone que está tensa, como los días de estreno. Aún así es capaz de superarlo, en ello le va la vida y la de otras muchas mujeres que le seguirán si ella falla, porque lo que le motiva es conservar su vida (hay una extrema necesidad latente, un especie de dinamizador de energía superadora). Sherezade hace que el rey sea el protagonista y al tiempo el cliente satisfecho en sus cuentos. Lo convierte en protagonista porque le habla de lo que no tiene, pero que necesita y se supone que acaba siéndolo una vez reeducado, porque él mismo piensa que lo mejor es quedarse con la cuentista para que siga toda la vida contándole aventuras. Pero el rey es un cliente que todos los días renueva su estado de satisfacción, y a través de ello, transciende sus deseos, sus impulsos, y los transforma en intereses, en razones que le impiden actuar como había establecido como norma arbitraria y sanguinaria. Los alumnos son también nuestros clientes o nosotros tenemos que hacerles caminar hacia ese rol.

Lo que salva a Sherezade además de su método educativo, es su grupo interior, los personajes que es capaz de recrear a partir de su propia experiencia y de su invención. Sherezade “trabaja en grupo” su experiencia. Está acompañada de los personajes que crea o que recupera del acerbo cultural de su época. En este sentido es contemporánea de su tiempo e innovadora y a la vez esta en la tradición, en la memoria
[5].

Sherezade es una gran maestra porque facilita, es una facilitadora, no es directiva, sino que sugerente, motiva, impulsa, dinamiza, pero no puede ni es jerárquica, ni autoritaria, facilita un marco en el que se desarrolla su enseñanza
[6]. Pero sabe marcar los límites de su enseñanza –cuando cree oportuno, se para y descansa, le da un ritmo a su aprendizaje-, los ritmos de la enseñanza, las pausas y las aceleraciones. Al comienzo hay saber enganchar, pero no exageradamente. Los primeros pasos son decisivos, aún no se tiene la confianza del alumno, pero no se puede empezar demasiado bien y caer pronto en la desgana, es mejor empezar bien y seguir bien, y saber que el alumno va a pasar por determinadas etapas y saber adaptarnos a lo que necesita emocional y racionalmente en cada paso.

Al principio, están las emociones, entonces son convenientes las razones y los horizontes. Luego están las prácticas que convierten emociones en acciones y motivación, las tareas, es preciso guiarlas metodológicamente, enseñarle a las personas a pescar más que regalarles el pescado. Después surgen muchos problemas en el camino, haciendo el camino al andar, es preciso estar ahí cerca y apoyando el proceso –“en las distancias cortas es donde uno se la juega” decía el anuncio-, aportando conocimiento, método, pero no resolviendo los problemas, sino haciendo que el grupo y las personas los enfrente. Y al final hay que saber terminar, es preciso conseguir un espacio donde el alumno se sienta que al tiempo que aporta, y es valorado en su trabajo, puede ser evaluado por los otros, y es parte importante de la educación de los otros
[7].

En el proyecto, todos somos capaces de educarnos, unos con otros, y todos tenemos capacidades y habilidades para hacerlo. Somos profesores y alumnos al tiempo, aprendemos en un proceso continuo y dinámico, en el que el hecho de aprender es contemporáneo del hecho de enseñar: aprender enseñando o enseñar aprendiendo.

Pero también podríamos ver a Sherezade como la alumna que aprovecha tiranía del rey como oportunidad de aprender intensamente a partir de su propia experiencia y todo lo que puede aportar la libertad de pensamiento, la iniciativa, el conocimiento de uno mismo. Sherezade puede verse como un símbolo de la eficacia de la libertad y la iniciativa cuando se aplica en situaciones críticas o no tan críticas. La libertad relacionada con la experiencia, la libertad que se une a la iniciativa, y a la aventura; y esta a la tarea, al proyecto concreto.

Sherezade sería una alumna inteligente y no debemos olvidar que otras muchas le habían antecedido y habían muerto, suspendido y quizás también eran seres inteligentes. Si tratamos el tema así se demostraría que la gran mortandad real de la enseñanza tiene que ver con su grado de arbitrareidad, cuando es injusta, cuando no cuenta con los alumnos, cuando no tiene por proyecto más que acumular conocimientos –aquí, muertes-, cuando no se arriesga al error y reproduce lo ya sabido, cuando no da la oportunidad de ser proactivo y tener iniciativa.

Muchos alumnos se escapan de nuestras aulas porque son “sometidos” a unos ritmos tiranos, a unas presiones estresantes, a un desinterés a veces más que evidente, a una arbitrariedad que sólo puede ser sentida cuando no se ejerce, a unos vaivenes continuos, a una especie de ciclotimia educacional. Y como las antecesoras de Sherezade caen ejecutadas por el rey, aquí el sistema educativo, los formatos y métodos donde se valora más el contenido que el continente.

*************************
He vuelto a recuperar a Sherezade y a “Las Mil y una noches”, porque me acompaña desde que descubrí en el final de mi adolescencia la edición de Blasco Ibáñez. Ahora he pensado en Sherezade como maestra, porque en último extremo la maestría de la vida está en las mujeres o a mi me gusta representarlo en ellas. He aprendido en/por/para/con/de/gracias a las mujeres que han rodeado mi vida y no creo que sea un caso único de hombre o mujer. Las madres y las mujeres nos enseñan a vivir, a través de la práctica, de lo concreto, de la experiencia, a través de la vida misma. Por eso he querido representarlas como Sherezade, con su sentido práctico, con su visión y horizonte de la vida, con su abnegación por los demás, por su inteligencia, por su memoria integrada en el presente, por su estima, por ser capaz de darlo todo por nosotros sin contraprestación –solo un poco de cariño y un regalito-, por representar la vida y recordarnos lo que somos, por la suavidad de sus formas, por la ternura de sus palabras, por la razón de sus consejos, por el cuidado de por vida, por su amor, ... cualidades todas ellas que pueden ser valores que ha de aprender un/a profesor/a si quiere llegar alguna vez a maestro/a.





[1] Prólogo al libro del autor: “Experiencias en grupo e innovación en la docencia universitaria” Editorial Complutense. Madrid, 2002
[2] “La hija de la ciudad” reeducó al “dueño de la ciudad”. Scheherezada, a partir de aquí y para simplificar, Sherezade: “había leido los libros, los anales, las leyendas de los reyes antiguos y las historias de los pueblos pasados. Dicen que poseía también mil libros de crónicas referentes a los pueblos de las edades remotas, a los reyes de la antigüedad y sus poetas. Y era elocuente y daba gusto oirla”. Así retrata el autor a la protagonista de “Las Mil y una noches”.
[3] “Padre, cásame con el rey, porque si no me mata, seré la causa del rescate de las hijas de los muslimes, y podré salvarlas de entre las manos del rey”. Determinación, decisión, por una parte, y sacrificio, por otra.
[4] El rey se hace un buen alumno, un alumno aplicado, también porque los cuentos se entrelazan y nunca terminan.
[5] Si vives –igual que se aprende de- el presente intensamente, si se traslada la memoria integrada a ese momento y se proyecta suavemente hacia el futuro inmediato o bien estratégico.
[6] No puede ser jerárquica, no está en situación de mandar, y opta por usar su mano izquierda, por facilitar. Ya saben cerebro derecho, mano izquierda, una buena combinación, una mezcla para la negociación, el intercambio, la democracia y la inteligencia.
[7] Terminar bien es como volver a empezar y hay que aprender y hacer consciente cómo hemos hecho las cosas, ese es el gran aprendizaje que nos da libertad y nos permite la proyección hacia el exterior.

lunes, 25 de junio de 2007

Que piensan los alumnos

ESTADO DE LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA Y LINEAS DE MEJORA, SEGUN LOS ALUMNOS (CLIENTES)

Planteamiento inicial:

El primer día de clase y después de una autopresentación del profesor. Sin hablar nada de la materia, ni por supuesto, de las formas de enseñanza, se plantearon a los alumnos dos preguntas, para que las hicieran en casa y de forma anónima. Estaban en clase aproximadamente unos cincuenta alumnos. Contestaron por escrito y devolviendo sus respuestas un total de 39 alumnos de quinto curso de Ciencias Políticas. Estimo que el nivel de contestación es muy alto, dado que la tarea fue planteada como voluntaria, como parte de una investigación, y anónima.

Se plantearon dos preguntas abiertas: )¿cómo habéis vivido la enseñanza universitaria? (cuál es su estado, según vuestra opinión y vuestra experiencia), y ¿)cuales podrían ser las líneas de mejora de la situación actual?.

Visión global de los resultados:

Dos consideraciones generales:

Primera, los alumnos han escrito más sobre el estado de la cuestión, según su punto de vista, que de las líneas de mejora. La mayoría no han buscado o no saben buscar salidas, pero sí conocen los problemas, y a veces en dicha detección y por negación aparecen las posibles salidas.

Segunda, se dan una serie de coincidencias en los resultados, centrados básicamente en la falta de practicidad de las enseñanzas universitarias. Quizás esto está influenciado parcialmente por el hecho de ser alumnos de quinto curso y tener "a las puertas" la necesidad de entrar en el mercado de trabajo y sentirse en parte desamparados con lo que han aprendido hasta ahora. Por lo menos en treinta respuestas se plantea el tema del exceso de teoría y de la falta de práctica o también de contacto con el "mundo laboral" o "real".
¿Cómo valoran el tiempo invertido?

En general, las respuestas son negativas y dan el "tono general de los clientes", de los alumnos:

"decepcionante", "inadecuada", "teórica", "formal", "estancada", "sin práctica", "poco participativa", "mala", "un insulto", "anónima", "burocrática", "subjetivista", "desilusionante", "estoy peor que cuando entré", "distante", "monótona", "ineficaz", "nada práctica", "pérdida de interés", "un tumulto de asignaturas", "carrera de obstáculos", "apenas existe", "un fracaso", "una frustración", "mal organizada", "se obtienen pocos conocimientos", "vaguería y falta de ganas de trabajar y de aprender", "estancamiento", "lejana", "de clases pasivas", "he perdido una gran parte del tiempo", "temas repetidos que sólo cambian de nombre", "no he aprendido prácticamente nada", "conocimientos teóricos que terminan por olvidarse", "temas que ya han quedado desfasados", "bastante regular", "muchas asignaturas y no sabemos muy bien para que nos van a servir en el futuro", "el nivel es muy bajo", etc.

Los paliativos a la decepcionante situación actual, son inmediatamente rectificados con añadidos que tienden a enfatizar nuevamente en que la experiencia no ha sido muy satisfactoria.

Por tanto, los alumnos piensan que las cosas no han ido como esperaban: "hay una gran distancia entre ilusiones (expectativas) y el tipo de educación que en aquél entonces (en primer año) empezamos a recibir". Hay, pues, un gran desfase entre las expectativas iniciales y lo que se han encontrado. Y eso desde el primer año.

Consecuencias de todo esto (para los alumnos)

La primera consecuencia es de tipo inmediato:

- pasividad ("donde escuchas, tomas apuntes si quieres y te
marchas tan tranquilo"),

- resignación, falta de profesionalidad y de rebeldía ("nos
aguantamos, nos callamos"),

- desmotivación (de profesores y de alumnos),

- conflicto ("siempre chocamos con el profesor postrado en la
tarima, soltando el discurso y pidiendo a final de curso que le
repitan su desarrollo"),

- desigualdad de oportunidades ("los exámenes no garantizan la
igualdad"),

- melancolía ("aunque ya es tarde para nosotros, espero que los
que nos sigan tengan más suerte"),
- desamparo ("no he adquirido suficientes conocimientos para
enfrentarme a la vida laboral"),

- aleatoriedad ("el alumno depende cada año de la suerte que
haya tenido en la elección de sus profesores"),

- supeditación ("no participamos ni nos consultan sobre las reglas
del juego"), etc. etc.

La segunda consecuencia es que ante esta situación sólo quedan dos caminos: o nos adaptamos o nos rebelamos. La opción de adaptarnos va cobrando cuerpo según se avanza en los años de carrera ("los alumnos estamos acostumbrados a que se nos dé casi todo hecho y no tenemos una gran preocupación por aprender más allá de lo necesario para aprobar o sacar la nota que deseamos", "ahora que en quinto hay que elegir dos asignaturas optativas, lo único que nos interesa es que se apruebe 'fácil' con un determinado profesor"), la opción de rebelarse está coartada por el sistema de exámenes, nuevamente punitivo y homogeneizador, es decir, autoritario.

Los que sobreviven a este proceso darwiniano están mal adaptados, "con mal sabor de boca" ("me parece que tan sólo aprovechamos el 50% de posibilidades", "desgraciadamente, no nos rebelamos contra un sistema en el que el profesor habla y los alumnos escuchan"); entre los que sobreviven hay muchos que piensan que todo lo que han aprendido es por su propio esfuerzo y a pesar de la enseñanza que les han impartido ("te enseñas a ti mismo, a ser más reflexivo, más cauto, también haces buenos amigos", "aprendes muchas cosas, pero tú solito y con tus compañeros..", "creo que cuando salga de la universidad no sabré hacer la 'o' con un canuto y toda la información que metí en mi cabeza a trompicones se habrá disuelto y nada quedará", "aprender se aprende, pero la mayoría de las veces es uno mismo el que tiene que formarse"); y no sabemos nada de los que no sobreviven, que son muchos.
Reconocerán Uds. que muchas cosas se ven por los alumnos de forma similar a lo que muchos profesores pensamos. Vayamos ahora con los profesores y con los sistemas de exámenes.

Los profesores y los exámenes

Los profesores o son responsables de lo que pasa o son corresponsables, o son lo único salvable de este sistema, cuando son cercanos, profesionales y tienen realmente conocimientos de lo que explican.

Oferta desfasada o rutinaria

* Los profesores ofertan teoría e "historia", lejanas a la cotidianeidad, a lo actual, "que no tienen sentido".

* Enseñan por "rutina, de una forma cómoda para ellos e incómoda y quizás inservible para los alumnos" ("nos encontramos con temarios de profesores que se repiten año tras año -como sus preguntas de los exámenes en algunos casos-sin que añadan nada nuevo, aunque los cambios que se van produciendo afecten a su materia").

"Cada maestrillo, su librillo"

* "Cada uno de los profesores tiene su propio método de enseñanza que cree el mejor".

* "Una de las cuestiones que creo que han influido es la forma en la que se imparten las clases, las cuales además de estar masificadas en los primeros años, resultan poco participativas; además de estar sólo enfocadas a la copia de apuntes, lo cuales se convierten en la base (poco fiable) de la carrera".

* "Los profesores en muchos casos llegan a clase con un temario preparado de antemano. Lo exponen, pero muchas veces no lo explican".

Alumno anónimo

* "Los profesores se olvidan demasiado pronto de que han sido alumnos. Sentirte como un número o un expediente durante cinco años no es muy esperanzador".

Buenos y malos profesores
* "Aquí los buenos profesores los puedo contar con la palma de mi mano y eso es una pena; los demás o te tratan como si no les llegáramos a la suela de los zapatos o simplemente te dictan un rollo que yo creo que a veces ni siquiera tiene importancia".

* "He conocido profesores que no te enseñan absolutamente nada; otros a los cuales has de conocer perfectamente para aprobar no la asignatura, sino las manías y pruebas a las que te someten considerando que ésa es la única forma de camino para el aprendizaje; por otro lado, conoces a aquellos otros que consideran que la única forma posible de aprender es atiborrándote a trabajos y lecturas. En definitiva, podría destacar durante toda mi carrera a un par de profesores que realmente merezcan la pena".

* "De todos modos existen 10 ó 12 profesores que pueden pasar la criba de la docencia" "ha habido dos o tres profesores a los que realmente he admirado".

"Han sido muy pocos los profesores que he tenido que han logrado que la asignatura te llegase a interesar y a gustar; el resto se limitaba a soltar su 'rollo' en clase y punto"

Evaluación y exámenes

* "Los profesores se empeñan en evaluar. Todo un año en base a uno o dos exámenes, ...." "Se dan muchas injusticias, no sólo porque te puedan corregir un examen mejor o peor, sino también porque al terminar las notas son todas iguales, independientemente del profesor que se haya tenido. No es lo mismo sacar un notable con un profesor que te haya hecho trabajar, que un notable con un profesor de los que prácticamente regalan las notas"."Sinceramente no reconocería un examen de cursos pasados"

Relación profesor-alumno

* "He encontrado muy poco contacto entre alumnos y profesores, salvo alguna escasa excepción".

Líneas de mejora:

Saber el por qué y el sentido práctico

* "Que nos enseñen a saber para y como utilizar esos conocimientos, no aprender de golpe a la salida de la universidad".
* "En mi opinión, las clases prácticas, además de ser entretenidas, se aprenden mejor las cosas, es decir, lo que aprendes no lo olvidas, además de aprender a pensar por uno mismo"

* "Debería ser más realista" "Las clases deberían ser más prácticas, aprenderíamos mucho más".

* "Estoy a favor de tener asignaturas prácticas, puesto que la teoría puede aprenderse en la Biblioteca, si el profesor se preocupa de recomendar una bibliografía práctica y factible"

* "La universidad necesita más práctica y menos teoría" "Las cosas se aprenden si se hacen o se ve hacerlas". "Tratar temas de actualidad"

"Clases más prácticas, porque uno se queda en las teorías, las aprende como un loco y al curso siguiente ya no se acuerda ni de la mitad"

Otra forma de trabajar (más práctica y más profesional)

"Más lecturas interesantes y debates constructivos y menos formalismos y pruebas en forma de examen"

"El profesor sería el encargado de dirigir debates, intercambios de opinión, etc."

"Realizar seminarios de apoyo, en los cuales se trabajara de forma más participativa, por parte de los alumnos, y de manera mucho más personal, ya que otra de las cuestiones que no me gusta es ese carácter impersonal entre el profesor y el alumno"

"Homogeneizar, en principio, y al menos, los programas de las asignaturas, y después el tipo de enseñanza"

"Debería haber más diálogos, temas de discusión, debates, temas en conjunto que redundarían en una identificación con la asignatura en cuestión y beneficiaría tanto al profesor como al alumnado".

"Reducción de las clases pasivas, donde escuchas ...... "

"Tendría que ser una enseñanza más dinámica, con prácticas; mediante las cuales aprendiésemos la aplicación de lo 'estudiado"

Otros alumnos

"Cambio de mentalidad de los alumnos, que se conseguiría cambiando la manera de estudiar y fomentando la importancia que tienen los estudios para uno mismo, sin pensar que sólo sirven para cumplir con tus obligaciones"

"Dar más protagonismo al estudiante; menos convencional y más dinámico, más participativo"

"La motivación en el profesorado y, en muchos casos, también en el alumnado"

Exámenes y alternativas

"Abolición del sistema de exámenes (y si fuese necesario un sistema de calificación, buscar alternativas)"
"Se le da demasiada importancia a los exámenes, cuando en realidad como realmente se aprende es haciendo trabajos"
"Enfocar las clases, la enseñanza de la asignatura de otra manera. No sólo con exámenes. Grupos más reducidos para poder trabajar y conocerse mejor. Así el profesor te conocerá no sólo por un par de exámenes"

Un sistema más abierto al mercado

"La solución sería un sistema más abierto al exterior, con contactos con el mundo laboral y que se animara más a la participación de los alumnos"
"La forma de mejorar es aumentar las prácticas, trabajar durante un tiempo en la Administración, observar como se trabaja en ella"
"Cursos de orientación al trabajo". "Una preparación más practica, que nos sea de utilidad en el futuro"

En resumen

"Volver a conocimientos más generales. Un periodo de prácticas obligatorio. Mejorar la capacidad pedagógica del profesorado. Hacer más evaluaciones o suprimirlas por trabajos verdaderamente prácticos"

"Mayor objetividad en los profesores y también una forma más cercana de transmitir conocimientos, es decir, eliminar la barrera profesor-alumno"

"Creo que el nivel de exigencia en la Universidad debería ser más alto"

miércoles, 6 de junio de 2007

PRÓLOGO: APRENDIENDO DE LA EXPERIENCIA

PROLOGO

APRENDIENDO DE LA EXPERIENCIA Y EN LA VIDA

“Lento es el enseñar por medio de la teoría,
pero breve y eficaz por medio del ejemplo”
Séneca

“Un buen maestro es el que sabe extraer
una nueva verdad de un saber antiguo”
Confucio


Scheherazada reeducó al rey Schahriar[1]. En vez de satisfacer directamente su placer con sus encantos e intentar asi aplacar su odio y su sadismo, diseñó y puso en práctica un proyecto, un plan estratégico basado en su propia experiencia, en su conocimiento, en su autoestima, en la escasez, y en su grupo interno. Sherezade era pragmática, un ser práctico, que hizo de su experiencia una bandera no declarada para reeducando al rey evitar la tragedia de otros seres humanos amenazados, y de ese modo, se dio fuerzas para que esa tarea transcendiese lo individual hacia un horizonte social.

Sherezade consiguió que el rey estuviese mil noches escuchando sus relatos, cuentos que eran sugerentes y hablaban de viajes, de historias de amor, de fantasías, .... pero eran prácticos porque captaban la atención y evitaban que el rey entrase en cólera, desvariase y cortase también su cabeza. Eran cuentos de amor y de belleza que sinuosamente evitaban la fealdad, la arbitrariedad, la incontinencia, la inconsciencia, la brutalidad, la injusticia de los actos del rey. Era una especie de lucha por la regeneración social[2].
El rey recibía lo que realmente necesitaba para regenerarse como persona, lo que precisaba para hacerle superar su frustración visceral por engañado. Al final, su casamiento consigue consolidarse y evitar más daño real.El rey se rinde a la inteligencia y a la pasión de una gran educadora que le hace traspasar los umbrales de su agujero negro y transcender en otro mundo, en otro paradigma, donde las pulsiones y los odios se conviertan en paces y amores.

Sherezade se dotó de una observadora, de su hermana Doniazada, y de un método. La instruye y le dice: “Te mandaré llamar cuando esté en palacio, y así que llegues y veas que el rey ha terminado su cosa conmigo, me dirás: `hermana, cuenta alguna historia maravillosa que nos haga pasar la noche´. Entonces yo narraré cuentos que serán la causa de la emancipación de las hijas de los musulmanes”. La protagonista monta una estrategia, se dota de recursos para conseguir sus objetivos y se anticipa a la realidad.

El rey evitaba que la vida continuase. La gran educadora, Sherezade, lo envuelve en un juego diferente, en un juego consciente con muchos ingredientes. Primero, es un espacio coherente con lo que pretende (ataca el problema en su base, pero en vez de hacerlo directamente, lo hace sinuosamente, siguiendo rutas eficaces e indirectas –la línea recta no siempre es la mejor opción para llegar a un punto, al menos en relaciones humanas-).

Después, en lugar vez de intentar satisfacer el deseo, para hacer rebosar su belleza en el balance de la pulsión, aborda su supervivencia como un proyecto, como una estrategia de sueños, fantasías, .... todas inacabadas[3], al menos, en el momento en que si se acabasen podrían ser un riesgo, por lo que cada noche deja sin finalizar su fantasía, su relato, con lo que el rey presa de la escasez, no puede decidir más que la espera a la finalización del relato.

El aprendizaje es algo inacabado, como los cuentos de Sherezade. Nos marcamos horizontes sólo vislumbrados, pero no alcanzados, porque la ciencia y el conocimiento tampoco están acabados, pero tantas veces se muestra al alumno como una “estazioni Termini”, se le cuenta como lo que ya sabemos, y no como un proceso de construcción que todos los días renovamos.

Sherezade tiene una estrategia, un proyecto, no sólo quiere contar cuentos, sino que lo hace de determinada forma, es sugerente, es exótica, es profundamente atractiva, induce a soñar; ella misma no sueña, pero vive el sueño de/para el otro, intentando sobrevivir. Su pensamiento le conduce, pero pone emoción. La estrategia es decisiva, el método es decisivo. Lo que cuenta también, pero menos. Es más, cuando llega a instalarse en una metodología eficaz, hasta los cuentos empiezan a ser menos interesantes, pero el rey no puede dejar de oírlos –ni tampoco el lector pierde el interés- y poco a poco modera sus impulsos: “ha sido cazado por la razón y por la emoción combinadas” –a través de la razón mostrada con pasión, se le va instalando otra emoción, otro sentir en su cuerpo-.

Sherezade usa de la inteligencia, pero se supone que está tensa, como los días de estreno. Aún así es capaz de superarlo, en ello le va la vida y la de otras muchas mujeres que le seguirán si ella falla, porque lo que le motiva es conservar su vida (hay una extrema necesidad latente, un especie de dinamizador de energía superadora). Sherezade hace que el rey sea el protagonista y al tiempo el cliente satisfecho en sus cuentos. Lo convierte en protagonista porque le habla de lo que no tiene, pero que necesita y se supone que acaba siéndolo una vez reeducado, porque él mismo piensa que lo mejor es quedarse con la cuentista para que siga toda la vida contándole aventuras. Pero el rey es un cliente que todos los días renueva su estado de satisfacción, y a través de ello, transciende sus deseos, sus impulsos, y los transforma en intereses, en razones que le impiden actuar como había establecido como norma arbitraria y sanguinaria. Los alumnos son también nuestros clientes o nosotros tenemos que hacerles caminar hacia ese rol.

Lo que salva a Sherezade además de su método educativo, es su grupo interior, los personajes que es capaz de recrear a partir de su propia experiencia y de su invención. Sherezade “trabaja en grupo” su experiencia. Está acompañada de los personajes que crea o que recupera del acerbo cultural de su época. En este sentido es contemporánea de su tiempo e innovadora y a la vez esta en la tradición, en la memoria[4].

Sherezade es una gran maestra porque facilita, es una facilitadora, no es directiva, sino que sugerente, motiva, impulsa, dinamiza, pero no puede ni es jerárquica, ni autoritaria, facilita un marco en el que se desarrolla su enseñanza[5]. Pero sabe marcar los límites de su enseñanza –cuando cree oportuno, se para y descansa, le da un ritmo a su aprendizaje-, los ritmos de la enseñanza, las pausas y las aceleraciones. Al comienzo hay saber enganchar, pero no exageradamente. Los primeros pasos son decisivos, aún no se tiene la confianza del alumno, pero no se puede empezar demasiado bien y caer pronto en la desgana, es mejor empezar bien y seguir bien, y saber que el alumno va a pasar por determinadas etapas y saber adaptarnos a lo que necesita emocional y racionalmente en cada paso.

Al principio, están las emociones, entonces son convenientes las razones y los horizontes. Luego están las prácticas que convierten emociones en acciones y motivación, las tareas, es preciso guiarlas metodológicamente, enseñarle a las personas a pescar más que regalarles el pescado. Después surgen muchos problemas en el camino, haciendo el camino al andar, es preciso estar ahí cerca y apoyando el proceso –“en las distancias cortas es donde uno se la juega” decía el anuncio-, aportando conocimiento, método, pero no resolviendo los problemas, sino haciendo que el grupo y las personas los enfrente. Y al final hay que saber terminar, es preciso conseguir un espacio donde el alumno se sienta que al tiempo que aporta, y es valorado en su trabajo, puede ser evaluado por los otros, y es parte importante de la educación de los otros[6].
En el proyecto, todos somos capaces de educarnos, unos con otros, y todos tenemos capacidades y habilidades para hacerlo. Somos profesores y alumnos al tiempo, aprendemos en un proceso continuo y dinámico, en el que el hecho de aprender es contemporáneo del hecho de enseñar: aprender enseñando o enseñar aprendiendo.

Pero también podríamos ver a Sherezade como la alumna que aprovecha tiranía del rey como oportunidad de aprender intensamente a partir de su propia experiencia y todo lo que puede aportar la libertad de pensamiento, la iniciativa, el conocimiento de uno mismo. Sherezade puede verse como un símbolo de la eficacia de la libertad y la iniciativa cuando se aplica en situaciones críticas o no tan críticas. La libertad relacionada con la experiencia, la libertad que se une a la iniciativa, y a la aventura; y esta a la tarea, al proyecto concreto.

Sherezade sería una alumna inteligente y no debemos olvidar que otras muchas le habían antecedido y habían muerto, suspendido y quizás también eran seres inteligentes. Si tratamos el tema así se demostraría que la gran mortandad real de la enseñanza tiene que ver con su grado de arbitrareidad, cuando es injusta, cuando no cuenta con los alumnos, cuando no tiene por proyecto más que acumular conocimientos –aquí, muertes-, cuando no se arriesga al error y reproduce lo ya sabido, cuando no da la oportunidad de ser proactivo y tener iniciativa.

Muchos alumnos se escapan de nuestras aulas porque son “sometidos” a unos ritmos tiranos, a unas presiones estresantes, a un desinterés a veces más que evidente, a una arbitrariedad que sólo puede ser sentida cuando no se ejerce, a unos vaivenes continuos, a una especie de ciclotimia educacional. Y como las antecesoras de Sherezade caen ejecutadas por el rey, aquí el sistema educativo, los formatos y métodos donde se valora más el contenido que el continente.

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He vuelto a recuperar a Sherezade y a “Las Mil y una noches”, porque me acompaña desde que descubrí en el final de mi adolescencia la edición de Blasco Ibáñez. Ahora he pensado en Sherezade como maestra, porque en último extremo la maestría de la vida está en las mujeres o a mi me gusta representarlo en ellas. He aprendido en/por/para/con/de/gracias a las mujeres que han rodeado mi vida y no creo que sea un caso único de hombre o mujer. Las madres y las mujeres nos enseñan a vivir, a través de la práctica, de lo concreto, de la experiencia, a través de la vida misma. Por eso he querido representarlas como Sherezade, con su sentido práctico, con su visión y horizonte de la vida, con su abnegación por los demás, por su inteligencia, por su memoria integrada en el presente, por su estima, por ser capaz de darlo todo por nosotros sin contraprestación –solo un poco de cariño y un regalito-, por representar la vida y recordarnos lo que somos, por la suavidad de sus formas, por la ternura de sus palabras, por la razón de sus consejos, por el cuidado de por vida, por su amor, ... cualidades todas ellas que pueden ser valores que ha de aprender un/a profesor/a si quiere llegar alguna vez a maestro/a.

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La experiencia y el modelo pedagógico que se expone en este libro es producto de casi cuarenta años de praxis docente desde 1964-65 cuando cursaba cuarto de licenciatura. Es producto de muchos pasos intermedios, donde muchas veces se intentó y también muchas veces me equivoqué y nos equivocamos y supimos aprender del error.

Hubo dos momentos de nuevo impulso y de inflexión, uno, a principios de los setenta con la transformación de los apuntes y libros en lecturas, y los exámenes memorísticos en reflexivos; y otro, en el comienzo de la transición política cuando “rompimos” con la cultura de los exámenes y los transformamos en trabajos grupales o individuales[7], y empezamos a recorrer otro paradigma pedagógico y a repensar nuestras propias formas y experiencias.

Este paradigma ha tenido cuatro fases hasta hoy:

- la primera, fue de organización y de búsqueda de un método que lograse que la experiencia en la clase tuviese sentido para el alumno y le gratificase, le motivase, de un sentido a lo que estábamos haciendo que transcendiese la rebeldía inicial: fue una etapa de dificultades, de muchos errores, de muchos aprendizajes, de incertidumbre, esa etapa de búsqueda que tanto engancha a los investigadores, pero que nos confunde porque todavía no sabemos por donde hemos de ir (prueba y error, aproximaciones sucesivas);

- hubo una segunda etapa donde el grupo de trabajo se convirtió en el eje de nuestro trabajo, ya estaba claro que el grupo daba coherencia e innovación a nuestro proyecto –ahí nace el Grupo de Colaboradores como un espacio de aprendizaje continuo: estamos hablando de principios de los ochenta- y aparece la necesidad de formarnos y de autodesarrollarnos a través de la investigación y del análisis de nuestro propio trabajo;

- una tercera fase consolida el modelo de enseñanza y se puede decir que tiene sus primeros pasos a finales de los ochenta y empieza a pensar en trasladar y enriquecer la experiencia con otras; y

- una cuarta fase nos adentra en las aplicaciones y desarrollos y hasta difusión de la experiencia obtenida, en esa todavía estamos, la experimentación en otros campos diferentes a las licenciaturas, en el postgrado, en la el mundo de la empresa y de las organizaciones. Porque, si me apuran y en ultimo extremo, es lo que estamos consiguiendo: aprender a través de nuestra propia experiencia a favorecer espacios de aprendizaje, de innovación, de regeneración, espacios de vida, de intercambio y de intercomunicación, de competencia, de responsabilidad, de libertad, ....

Estamos en un punto, en un momento, en que sabemos que no formamos, sino que facilitamos el aprendizaje, dotamos de recursos metodologicos a nuestros alumnos, los adentramos en la consciencia de su forma de hacer las cosas, les enseñamos a hacerlas bien, con calidad, con competencia, con pasión, con interés, viviéndolas, ... pretendemos que aprendan a pensar por si mismos, nos gustaría que aprendiesen a ser libres, y nosotros somos como un espejo que les permite seguir observándose y mejorando su imagen, su yo y su profesionalidad.

Sabemos que todo eso es lo difícil de aprender, mucho más difícil que especializarse, labor que no suele necesitar mucho más de tres meses de estudio y dedicación para ser de los mejores. Introyectar un método de trabajo y hasta de vida a veces nos lleva muchos años y muchas personas nunca llegan a conseguirlo. Además, hemos comprobado que el gran impulso motivador que tiene aprender de esta forma, conlleva mas que duplicar la productividad de conocimientos adquiridos sobre la materia que se enseña. Siguiendo una ruta indirecta, hasta sinuosa, de meandros, somos mas eficaces en la gran mayoría de casos y hasta también en el corto plazo.

En definitiva, sabemos o creemos saber mas que hace unos años, pero nos queda un gran camino por recorrer, que se hace mayor según se abren nuevos horizontes, y se plantean nuevas preguntas que nos gustaría poder contestar y que en cualquier caso seguiremos abordando y proponiendo respuestas, porque ese es nuestro ánimo.

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Este libro es como una síntesis, un tiempo que hemos dedicado a pararnos y reflexionar sobre el qué, el cómo, el por qué y el para qué del proyecto. Nos ha servido para poder mirarnos, e igualmente esperamos que sirva para que nuestra experiencia y reflexión se extienda y contribuya a que se extiendan y desarrollen mil nuevas formas metodológicas innovadoras que contribuyan a que el ser humano aprenda y viva mejor. Este libro es una propuesta, que cuenta nuestra experiencia, pero que pretende, primero, abrirse a otras experiencias –necesitamos saber de otros con mayor intensidad que hasta ahora-; y por otra, desarrollar redes de aprendizaje sobre esta experiencia en concreto, que aproveche lo que hemos aprendido, aplicándolo en otras experiencias nuevas en la universidad o en la enseñanza en general. Solo queremos contribuir a la mejora real de la praxis docente.

Aportamos nuestra experiencia y nos hemos atrevido a difundirla, no para salir en los libros, sino para compartir, para intercambiar, para apoyar, para crear foros de dinamización de la enseñanza, para cualquier tipo de actividad de intercomunicación y aprendizaje mutuos que se pueda plantear. Nos gustaría evidentemente contribuir a difundir este marco metodólogico, porque sabemos que funciona, que es útil, lo hemos probado y vemos todos los días sus resultados. Estamos seguros que hay otras muchas formas de hacerlo bien. Nosotros proponemos lo que hemos aprendido a disposición de quien quiera utilizarlo, y también queremos ofrecernos para apoyar y supervisar en directo o a distancia las acciones que se emprendan aplicando esta forma metodológica.

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Quiero hacer explícito que este libro ha sido resultado de un esfuerzo grupal, se ha querido plantear y hacer como tal, es una combinación de muchas energías. Es cierto que lo he liderado yo, y diseñado y facilitado su ejecución y su contenido, pero siempre me he sentido acompañado del Grupo de Colaboradores, y al servicio del pensamiento que hemos ido construyendo juntos y compartimos.

El libro contiene cuatro capítulos y un epílogo. Es un libro hecho en grupo, y siguiendo una metodología grupal similar a la que aplicamos en las aulas. El primer capitulo hace un balance del estado de las cosas, vista por alumnos y profesores. Se fundamenta en un estudio continuo que realizamos en el aula a los alumnos y que contrastamos en grupo de trabajo, y que orienta nuestra labor y sus resultados. Muestra, de esta manera, el punto de partida –renovado continuamente- que explica porque nos adentramos en una renovación del aprendizaje mediante el desarrollo de nuevos espacios de intercomunicación y grupales en el aula. Es una introducción al sentido y propuesta del proyecto.

El segundo capitulo se dedica al método de trabajo desarrollado y a sus fundamentos. Un punto destaca: hemos enfatizado en la experiencia y no en la teoría y eso nos ha llevado a muchas modificaciones en el espacio de aprendizaje. El grupo permite mejor que el individuo conferir continuidad y solidez a un planteamiento basado en la experiencia, conlleva unos ciclos de trabajo, conlleva una enseñanza con unos ritmos determinados, conlleva un itinerario para hacer las cosas con calidad, en fin, una metodología diferenciada para aprender[8].

El tercer capitulo prosigue con el método, pero en concreto, en esta experiencia. Analizamos los roles de cada actor y/o grupo (director-coordinador, profesor-monitor, observadores, grupo de trabajo, grupos de 4x4). En este capitulo participan el grupo de colaboradores en activo.

El capitulo cuarto relata con libertad las experiencias de protagonistas de este tipo de enseñanza, protagonistas que lo han sido, y protagonistas que lo eran en ese momento. Se antecede por un trabajo socio-psicológico sobre la misma experiencia. De esa forma, recogemos las opiniones estudiadas y sistemáticas de personas que han vivido este tipo de enseñanza como alumnos y desde esa perspectiva nos adentran en sus percepciones, sus reacciones, sus aprendizajes, su experiencia en definitiva.

El epílogo tiene un carácter proyectivo, intenta concluir el libro, y adelantarse hacia el futuro, analizar como se puede contribuir a que otros profesores puedan verse beneficiadas por lo que nosotros hemos aprendido, mediante un apoyo por nuestra parte y nuestro Grupo de Colaboradores. Es una propuesta de las miles de oportunidades que se derivan de este conocimiento.

Hemos acompañado el texto por anexos que ayudasen a comprender los fundamentos de lo que hemos ido forjando. El primero es la opinión integrada de los alumnos durante diferentes cursos, integrada en un mismo espacio. El segundo anexo se debe a Omar de León y cuenta una visión integrada de la experiencia del Grupo de Colaboradores desde su inicio hasta hoy y lo que hemos aprendido. Este anexo se refuerza con el III que incide en la misma problemática. Los anexos IV al IX son aportaciones parciales sobre el método de trabajo basado en la experiencia y en el grupo y sus aplicaciones.

El anexo X es la segunda versión del artículo “Metodología y antecedentes del grupo de trabajo”, reproducido en el libro “Innovando en la empresa” (1999) y publicado por primera vez en 1986 en la revista “Comunicación”. Ese articulo ha tenido diversas versiones, una de ellas es ésta, hasta ahora mimeográfica y que presenta en la primera columna, el texto básico del articulo citado; las otras dos columnas expresan las consecuencias y correspondencias que se pueden observar cuando las ubicamos en la empresa o en la universidad. Son reflexiones de finales de los años ochenta, pero las he repasado y me parece que todavía contienen mucha actualidad, por ser consideraciones estructurales, la suficiente para no modificarlas.

El libro incorpora una bibliografía muy propia y seleccionada. Ninguno de nosotros somos expertos en pedagogía, somos unos prácticos y apasionados de la docencia, somos docentes y no pretendemos demostrar a nadie lo que hay que hacer, solo hemos hecho un trabajo durante muchos años, hemos aprendido muchas cosas –seguro que muchas ya conocidas- y ahora nos atrevemos a difundirlas y compartirlas con aquellas personas a las que pueda interesar.

Al final del libro aparece una breve reseña de los autores que han participado en este libro, solo tres de ellos somos universitarios, en el sentido de profesionales de la universidad, pero todos han hecho un gran esfuerzo que han combinado con sus trabajos profesionales cotidianos y que una vez mas han demostrado que cuando un trabajo motiva no es necesario remunerarlo, la remuneración esta en el aprendizaje que se obtiene a través del esfuerzo aplicado.

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Son muchas las personas que han hecho posible esta experiencia y este libro. En primer lugar, los alumnos. Calculo que más de tres mil alumnos han pasado al menos por un cuatrimestre, pero la mayoría por un curso completo aplicando esta metodología de trabajo, y es evidente que no sólo son una representación de nuestra juventud, sino que han demostrado que cuando se confía en ellos y se les da básicamente lo que necesitan, responden de forma intensamente positiva, son desprendidos, son apasionados, están interesados en aprender, son cooperativos, son grupales, son cercanos, son en definitiva, jóvenes, con toda la riqueza potencial de la juventud. Sin ellos y sin su colaboración tampoco hubiera sido posible esta experiencia.

He querido reconstruir la nómina de todos los que han pasado por el Grupo de Colaboradores. No me ha sido posible, muchas personas no han estado con nosotros mas que un curso, y es mas difícil acordarse de todos, sobre todo de las primeras. Sabemos que son más de cien los que han participado directamente, y casi cuarenta los que han estado dos o mas cursos. De estos, creemos que hubiera sido posible relacionarlos, pero en la posibilidad de omitir a alguno, hemos preferido no hacerlo.

Hay tres personas que me han acompañado desde el principio de la formación del grupo y los tres participan en este libro como coautores: Omar de León, Gracia Coronado y Maribel Pradillo, los tres sociólogos, hoy no solo compañeros, sino amigos, personas con las que es tan fácil colaborar que casi nos adelantamos a la necesidad del otro sin solicitud expresa. Una segunda generación fue la de Rafael Egido, Margarita Alonso, Maria José Muñoz, Nuria Ortega, Rafael Varas y Teresa Navarro, todos ellos siguen en el grupo y llevan mas de cinco o a veces casi diez años. Casi todos participan en el libro. Una tercera generación y mas actual incluye a mi hija mayor, lo que me enorgullece como padre, y a Loli Pujol y a Juan Ignacio Martínez Pastor, que también han colaborado en el libro. Por último, vienen las generaciones que yo llamo del Master, porque han sido primero alumnos de licenciatura, luego del Master de Recursos Humanos que dirijo y han trabajado directamente conmigo, como Yolanda Espinosa, Carolina Bautista y Susana Carabaño.

Me gustaría asimismo agradecer a los profesores Juan Luis Paniagua y Pedro Chacón, actualmente vicerrectores de Relaciones Institucionales y de Estudios de UCM, su atención, su apoyo y su comprensión, para hacer publica esta experiencia. El prof. Paniagua me ofreció en su día la oportunidad de diseñar y dirigir, cuando él era director del Centro Superior de Estudios de la UCM, dos proyectos de formación de formadores, uno en el mundo de consultoría y formadores de empresas comerciales y otro de formadores-médicos, que constituyeron unas plataformas magníficas para contrastar y avanzar en las prácticas pedagógicas que aquí se comentan. El profesor Chacón ha leído con detenimiento el original, se ha interesado, casi diría que lo ha convertido en algo suyo, y lo ha incorporado como una innovación educativa reconocida por la UCM, me ha hecho llegar sus opiniones sobre el original y las de su equipo y ha facilitado institucionalmente la financiación para la publicación del libro.

Quisiera también mostrar mi gratitud para el actual director del Centro, el prof. Juan Gómez Castañeda en quien he encontrado el soporte ideal para trabajar en una línea de conocimiento innovadora que he liderado en los últimos años.

No puedo olvidarme de mis maestros, que siempre tengo presentes, a los que me siento emocional, cultural y humanamente ligados. Primero, mis grandes maestros, mis padres, pronto fallecidos pero siempre presentes con sus prácticas de vida. Cada vez siento con mayor intensidad su aportación individual y combinada, su presencia en mis actos, a través del ejemplo de su recuerdo; mis maestros en las diferentes facetas de mi profesión: el prof. José Luis Sampedro, José Antonio Rodríguez Piedrabuena; y Emilce Dio Bleichmar. De todos ellos he aprendido sobre todo a vivir.

Los seres humanos tenemos la suerte de que casi todos los años incorporamos nuevos maestros a nuestro acerbo de acompañantes por el camino de la vida: recuerdo que en los comienzos fueron David Ricardo y los clásicos, Quesnay, Von Thünen, Weber, Shumpeter, Keynes e Isard; casi inmediatamente se incorporó Marx, en una etapa amplia e intensa, que se combino con el estructuralismo, Piaget, Chomsky, Levi-Strauss, Althusser y con tantos otros de campos de la sociología, la política, la antropología, las ciencias sociales y la ciencia en general; igualmente Kuhn y otros filosófos de la ciencia, y con ellos los científicos, Eisntein, Hoyle y tantos otros; en paralelo la filosofía de Bertrand Russell, Nietzsche, los clásicos griegos y Epicuro; y así con Freud, Rof Carballo, Bion, Winnicott y hasta John Stuart Mill; y de ahí a Confucio y las máximas del budismo .......... Solo he citado a unos pocos, los he presentado a saltos, pero todos ellos y muchos mas me acompañan y agradezco que hayan existido, me hayan llegado gracias al esfuerzo de tantas personas, que en la sombra nos trasladan a todos ellos gracias a sus traducciones y a sus descubrimientos y de esa forma, nos dan la oportunidad de renovarnos cada día y pensar que si bien no llegamos adonde queremos podemos proponérnoslo y poder sentirnos, de este modo, al menos seres humanos.

“Tal vez muy tarde,
nuestros sueños se unieron,
en lo alto y en el fondo.
Arriba como ramas que un mismo viento mueve,
Abajo como rojas raíces que se tocan”

Pablo Neruda
“Una noche en la isla”

Roberto Carballo
Aravaca, Diciembre 2001

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[1] “La hija de la ciudad” reeducó al “dueño de la ciudad”. Scheherezada, a partir de aquí y para simplificar, Sherezade: “había leido los libros, los anales, las leyendas de los reyes antiguos y las historias de los pueblos pasados. Dicen que poseía también mil libros de crónicas referentes a los pueblos de las edades remotas, a los reyes de la antigüedad y sus poetas. Y era elocuente y daba gusto oirla”. Así retrata el autor a la protagonista de “Las Mil y una noches”.
[2] “Padre, cásame con el rey, porque si no me mata, seré la causa del rescate de las hijas de los muslimes, y podré salvarlas de entre las manos del rey”. Determinación, decisión, por una parte, y sacrificio, por otra.
[3] El rey se hace un buen alumno, un alumno aplicado, también porque los cuentos se entrelazan y nunca terminan.
[4] Si vives –igual que se aprende de- el presente intensamente, si se traslada la memoria integrada a ese momento y se proyecta suavemente hacia el futuro inmediato o bien estratégico.
[5] No puede ser jerárquica, no está en situación de mandar, y opta por usar su mano izquierda, por facilitar. Ya saben cerebro derecho, mano izquierda, una buena combinación, una mezcla para la negociación, el intercambio, la democracia y la inteligencia.
[6] Terminar bien es como volver a empezar y hay que aprender y hacer consciente cómo hemos hecho las cosas, ese es el gran aprendizaje que nos da libertad y nos permite la proyección hacia el exterior.
[7] Algo así como pasar de la repetición o reproducción al esfuerzo consciente y el aprendizaje consciente múltiple sobre el objeto y sobre el cómo, en el mismo plano.
[8] Vid: “Aprendizaje de/en la experiencia en grupo” en Cuadernos de Investigación Aplicada, mimeográfico

lunes, 4 de junio de 2007

Un blog para innovar en educación universitaria

Hay un libro que cada día es más actual, lo hicimos el Grupo de Colaboradores que monté en 1985 con ex alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. Este grupo funcionó basado en la voluntariedad de sus miembros durante casi veinte años, lo cual no está nada mal. Por supuesto, algunos de sus miembros cambiaron. Casi todos se hicieron profesionales fuera de la universidad, pero seguían trabajando con nosotros en un proyecto serio de investigación y de acción innovadora en nuestras materias. Otros siguieron en la carrera universitaria. Durante años trabajamos y aprendimos generando experiencias innovadoras en ese marco.


En 2000 nos confabulamos para hacer un libro, un libro de experiencias. Lo diseñamos con participación. Pensamos en un diagnóstico, hecho a partir de las opiniones y necesidades de los alumnos y así se construyó el capítulo primero y el primer anexo. Luego pensamos que sería conveniente presentar la metodología que utilizábamos mezcla de grupo de trabajo, action-research, responsabilidad y otros ingredientes participativos, y fué posible el capítulo segundo. En el tercero, pensamos que era conveniente presentar nuestras propias experiencias trabajadas y sistematizadas, y eso hicimos. Y el cuarto quisimos recoger las experiencias en directo, también las de los alumnos de ese mismo año.


Trabajamos durante año y medio, y UCM nos premió con financiación suficiente para publicar el libro. El libro es "Experiencias en grupo e innovación en la docencia universitaria". Es un libro financiado, que por eso puede costar en la librería seis euros, una cantidad simbólica.


He pensado en ir mostrándolo en este blog. Esto también permitirá "rehacerlo" y mejorarlo.


El blog será lo que sea el libro y los que quieran participar en torno a él.


Es un libro hecho por profesores o aprendices de profesores, no por pedagogos. Está lleno de indignación por el estado de las cosas, y de pasión para proyectar mejorarlas. Creo que vale la pena mostrarlo a aquellos que quieran participar con sus experiencias en él.